⭐ ⭐ ⭐ ⭐[Jordian Fo] Persona inquieta y comprometida donde las haya, Fermin Muguruza vuelve a estar de actualidad con la edición de la segunda parte de “Black is Beltza”, un proyecto poliédrico que consiste en una película, un cómic y un disco con la correspondiente banda sonora. Centrándonos primero en el cómic, ya en la primera página aparece dibujado el propio Fermin cantando con Kortatu, la banda que más temas aporta a la BSO, y posteriormente ofreciendo una entrevista donde declara: “Dijimos que cuando aprendiésemos euskera cantaríamos en nuestra lengua. Hemos cumplido nuestra promesa en nuestro último disco y ahora sentimos que el ciclo de Kortatu se ha terminado”.
La reivindicación del uso y la defensa de la lengua propia es uno de los temas centrales de esta obra junto a otros como la lucha contra el narcotráfico, el imperialismo y la corrupción. “Black is Beltza” es un proyecto de carácter internacionalista, mestizo y siempre en los márgenes, donde se narra la epopeya vital de su protagonista Ainhoa en busca de sus auténticas raíces y de algunas respuestas. Los dibujos del cómic realizados por Susanna Martín a menudo son poco exactos pero no importa, ya que el poder de la historia y la acción de la trama lo compensan con creces; sin duda, la negra es la que mejor queda sobre el papel, como el buen chocolate sobre el paladar.
La propuesta de Muguruza nos lleva desde el País Vasco hasta Marsella pasando por Cuba, Navarra, Beirut, Kabul, el Kurdistán y vuelta a Euskadi. Las canciones elegidas para la banda sonora son coherentes con estas etapas del viaje y responden a varios estilos: punk (Kortatu, RIP, Cicatriz, Barricada), salsa, cantautores vascos (Imanol, Mikel Laboa, Joseba Tapia), música árabe, etc. La selección es exquisita, como no podía ser de otra manera tratándose de Fermin.
“La muerte es irreversible. Debemos acabar con todas las violencias, sino este puto mundo es insoportable” dice uno de los redskins euskaldunes que aparecen en el cómic. Comparto su reflexión y me permito añadir que este mundo sería un poco más soportable y justo si se publicaran más obras como “Black is Beltza”.