“Black is Beltza II – Ainhoa” es el título de la nueva película de Fermin Muguruza y también del cómic obra de esta importante dibujante.
La dibujante Susanna Martín Segarra ha sido la encargada de trasladar la película “Black is Beltza II – Ainhoa”, dirigida por Fermin Muguruza, al comic.
Susanna Martín es barcelonesa, comenzó a publicar profesionalmente en año 2010 y desde entonces ha construido un sobresaliente currículum, con cerca de veinte obras publicadas, varios premios recibidos y demostrado también una gran solvencia como guionista.
Entre su bibliografía se pueden destacar “Annemarie” (biografía de la reportera Annemarie Schwarzenbach, junto a María Castrejón), “Sansamba” (sobre la inmigración llegada de África, junto a Isabel Franc) o “Residencia de estudiantes” (centrada en la vida de Federico García Lorca, donde también es autora del guión).
En su nueva obra el trabajo que ha realizado tiene un mérito especial, pues ha partido directamente del libreto cinematográfico para construir el cómic, enfrentándose por tanto al desafío de transformar escenas y un lenguaje visual muy determinado, marcado por la imagen en movimiento, a viñetas.
El resultado es muy meritorio. Y lejos de ser un artefacto secundario, como lo son los comics lanzados en paralelo a ciertas películas “mainstream” publicados solo para hacer caja, se trata de una obra artística autónoma, con su propia personalidad y perspectiva. La historia es la misma, pero se relata de una forma diferente, hasta el punto que los personajes tienen diseños distintos, aunque resulten fácilmente reconocible en ambos formatos.
La novela gráfica ha sido publicada en cuatro idiomas por diferentes editoriales: euskera (Elkar), catalán (Pol-Len), gallego (Demo Editorial) y castellano (Reservoir Dogs).
En la siguiente entrevista conoceremos algunos aspectos de la trayectoria de Susanna Martín y detalles de la gestación del cómic “Black is Beltza II – Ainhoa”, recomendable tanto para quienes ya han visto la película, como para los que aún no han tenido la oportunidad de disfrutar de ella.
Tu primer libro publicado data del 2010, “Alicia en un mundo real”, firmado junto a Isabel Franc. ¿Cómo te forjaste como dibujante antes de esa obra? ¿Tu habilidad con el dibujo es resultado directo de tus estudios o es algo que practicaste por afición y al margen de tus estudios hasta ese momento?
Siempre he dibujado y he leído cómics, toda la vida. Tras estudiar una carrera que no tenía que ver casi con el arte, me fui a la “Llotja” de Barcelona a estudiar Ilustración y Pintura, pero el cómic no era ninguna materia. Así que cuando apareció la magia y oportunidad de publicar con Norma, fue en ese año y medio cuando aprendí el oficio, y gracias al editor de ese momento, Álex Fernández.
Te revindicas como dibujante y no cómo ilustradora, que es el término que se suele emplear en muchas ocasiones al referirse al autor de los dibujos de un cómic, tal vez porque parezca una palabra más “elegante” para usarla en un texto escrito. ¿Nos puedes explicar porque te parece el término dibujante mucho más adecuado?
La ilustración y el dibujo de historietas son dos áreas artísticas diferentes, dos lenguajes distintos. Dibujar cómics está muy relacionado con la narración. Yo también me defino como narradora gráfica o storyteller. Y esa es la parte difícil de hacer un cómic, que la narración (el dibujo) fluya con la historia que estás contando, jugando con el lenguaje propio del cómic: elipsis, metáforas, estructuras y composición de páginas, etc.
También eres guionista y en parte de tus libros te has encargado de ambas facetas: dibujos y guiones. ¿Qué faceta te parece más complicada? ¿Tienes preferencia por alguna de ellas?
Para mí hay dos fases difíciles y tienen que ver con el guion y con el dibujo: escribir una buena historia y encontrar su ritmo narrativo, y dibujar el storyboard (el boceto del cómic) donde se remata ese ritmo y ves si funciona o no.
Las dos facetas me gustan y tiendo a ir alternando. Cuando trabajo con guionista, es más descansado y además puedes compartir penas y alegrías, como el trabajo en equipo, vaya. Y cuando trabajo escribiendo y dibujando, es más angustiante y cansado pero es un reto profesional mucho mayor, y el subidón es mayor.
¿Has trabajado en algún cómic como guionista sin encargarte del dibujo? ¿Lo harás en un futuro?
Sí, en un cómic pequeño social de grapa para UNRWA España. Tuve que buscar ayuda de dibujante porque me pillé los dedos con los tiempos y no lo podía asumir todo yo. El cómic es “Ahlam, soñar con una vida”. Y la dibujante fue la titana Cristina Bueno. Salió genial.
Y en un futuro, quién sabe. Si tengo una buena historia de repente y me veo mayor para dibujarla o imagino a X dibujante llevándola a cabo… ¿por qué no?
A lo largo de tu carrera has recibido varios premios. ¿Qué valor para ti tienen esos premios? ¿Sirvieron para que más gente se fijara en ti y te salieran más oportunidades?
Los premios y becas siempre son algo bueno, son una inyección económica muy necesaria, normalmente mucho más elevada que el adelanto que te puede pagar una editorial de cómics española. Nuestra industria y nuestra cultura está muy precaria, por lo que las ayudas a la creación son muy necesarias. Son como un mecenazgo institucional.
Y, evidentemente, cuanto más publicas más reconocimiento y propuestas de proyectos.
Parte importante de tus obras tienen como protagonista a la mujer. Además, como un aspecto reivindicativo bastante presente, como en el cómic “Gaza Amal”. También son frecuentes las protagonistas lesbianas. ¿Qué importancia tiene para ti la reivindicación social en tus obras? ¿Es componente, la reivindicación, del que podrías prescindir en próximas obras sin que suponga un punto de inflexión en tu carrera?
Me gusta cuestionar, reivindicar, visibilizar; al fin y al cabo soy activista feminista y del colectivo lgtbi+.
Cuando me proponen una obra, siempre voy a intentar aportar mi granito de arena, aunque sea pequeño, porque pienso que a alguien le llegará. Cualquier obra de ficción tiene una parte política o de crítica social, partimos de la realidad para crear e inventar historias. Lo que ocurre es que en las obras que rozan el periodismo o el realismo social es lo que destaca.
Al leer reportajes y entrevistas sobre ti, me sorprendió la cantidad de alusiones que se hacían a tu tendencia sexual. Incluso un titular dice: “Entrevista “en profundidad” con Susanna Martín, la bollera que más bolleras ha dibujado en el mundo editorial de nuestro país”. ¿Te parecen naturales tantas alusiones a esa cuestión? ¿Confías en que en algún momento el foco siempre se ponga en el contenido de cada obra que hagas?
¿Te parece natural aludir a esta cuestión en una entrevista? La heterosexualidad es algo tan establecido e incluso institucionalizado que jamás se le preguntaría en una entrevista a un creador hombre cis y hetero por su identidad sexual o de género. Muchas de esas alusiones se han hecho, como el caso de Teresa Castro, por compromiso con la visibilidad LGTBI+, que es algo que comparto y practico. Y resulta paradójico que los periodistas que no entendéis esa necesidad me preguntéis por ello en vez de por mi técnica o evolución en mi dibujo y uso del lenguaje narrativo.
Una iniciativa en la que has participado activamente es el Colectivo de Autoras de Cómic. Me gustaría saber si esta asociación sigue en marcha, cuáles son sus objetivos y sus logros hasta el momento.
Sigue en marcha pero andamos de perfil bajo. Es un colectivo que se formó en 2013, el año en el que se intentó el anteproyecto de ley del aborto del ministro Gallardón. Creamos reunir y difundir en las rrss aluvión de imágenes gráficas contra ese anteproyecto. Luego siguieron charlas, asambleas en salones de cómic estatales y los Premios honoríficos a autoras mayores (algunas murieron ya) completamente olvidadas por la crítica y el mercado comiquero. La principal motivación fue el encontrarnos, conocernos, apoyarnos y ver que compartíamos los mismos malestares con el mundo del cómic, todavía hoy, muy masculinizado y patriarcal, a pesar de la inmensa presencia de autoras en publicaciones.
Tu más reciente libro publicado es “Black is beltza II: Ainhoa”. En este libro figuran tres guionistas, los mismos de la película, pero al documentarme me ha sorprendido saber que realmente te entregaron los “storyboards” y tu hiciste toda la adaptación al cómic, lo que supone mucho más que simplemente realizar los dibujos: adaptaste situaciones, partes de la historia, decidiste la composición de cada escena a dibujar… ¿cuánto de trabajo adicional ha supuesto este cómic frente a otros en los que trabajas con una guionista que ha concebido su parte pensado en el formato cómic?
Efectivamente, me pasaron el guion cinematográfico (con escenas mucho más largas y descriptivas) y el storyboard de la película, más el diseño de personajes. Y fue una labor complicada, adaptar las escenas de cine a cómic. El ritmo es muy distinto y muchas escenas tuve que simplificarlas o quitarlas. Y en cambio otras escenas son más pausadas y poéticas. Y para los personajes, también quise darles mi perspectiva, cosa que me dejó Fermin, siempre y cuando no me alejara mucho del diseño original.
Un aspecto destacado de este cómic es que se partió de la premisa de no ser una recreación abreviada de la película, sino que tuviera su propia personalidad, lo que implica que el estilo del dibujo y el diseño de los personajes sea diferente. Para lograr esto, incluso preferiste no ver la película hasta haber terminado el cómic. Aunque sí leíste el primer cómic y supongo que habías visto la primera película. ¿Suponía un reto adicional el pensar en las inevitables comparaciones entre cómic y película? ¿Tomaste alguna referencia del anterior cómic para tenerla en cuenta en este nuevo?
No quise ver la película para que no me influyera, pero, aunque hubiese querido no habría podido, ya que se hizo en paralelo.
Yo soy más fan del primer cómic que de la primera película, y para mantener alguna conexión con el dibujo de Dr. Alderete, seguí con la idea de colorear con un color distinto cada viaje, más el uso del entramado de puntos.
Y no me da miedo las comparaciones entre este segundo cómic con la película, ya que son dos miradas distintas a una misma historia, y dos lenguajes y ritmos distintos. Creo que una complementa a la otra y al revés. Esta es la idea de Muguruza, que sea lo más transversal y amplio de miradas posible.
Una vez que viste la película… ¿Qué te pareció?
¡Me gustó más el libro! (Es broma). Como he comentado, son dos miradas distintas con ritmos diferentes. Aunque conocía toda la trama, para mí fue como verla por primera vez, con el añadido de la banda sonora, que es espectacular, y los gritos de la gente en el cine cada vez que Ainhoa reparte castañas.
Al contrastar la película con tu cómic… ¿Quedaste contenta con el trabajo realizado?
Como terminé el cómic antes de ver la película, mi primera sensación una vez lo leí del tirón fue de satisfacción. Creo que es una buena obra, que engancha y hace que te enamores de las protagonistas.
Tanto la película como el cómic están dedicados a la memoria de Iñigo Muguruza. ¿Eres seguidora de la música de Iñigo y Fermin? ¿Supuso para ti este “encargo” un plus de ilusión por ser quiénes eran?
Hace siete años que vivo en el País Vasco. Cuando llegué me di cuenta de mi ignorancia en el rock vasco, sobre todo de los 80. Claro que conocía las Vulpess, Kortatu, Cicatriz… pero su contexto lo desconocía. “Sarri-sarri” sonaba en todas las barracas y fiestas de cualquier sitio, la original, la versionada… Poco a poco me fui integrando y conociendo esos años y, cuando fui madre, mi pareja empezó a cantarle a nuestre hije la canción de Joxe Ripiau “Lo”, unos meses después de la muerte de Iñigo y unos meses antes de que Fermin me escribiera proponiéndome participar en “Black is Beltza 2”.
Creo que para mí el mayor reto de este cómic ha sido precisamente dibujar a Iñigo, por lo que significaba para Fermin.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
El siguiente libro que saldrá a finales de febrero es sobre la prisión “Modelo de Barcelona”. Es un encargo del Ayuntamiento pero con guión de Jordi de Miguel, periodista, y la coordinación del diario Crític.
Y nada más, salvo desearte mucha suerte en tu carrera y dejarte espacio, por si quieres añadir algo más para nuestros lectores…
¡Muchas gracias!