Traduction non disponible
Diario Vasco ➝ [Diario vasco / Alberto Moyano] Fermin Muguruza trabaja ya en la nueva película de animación, que estará protagonizada por Ainhoa, la hija de Manex Unanue, y que se situará en vísperas del fin de la Guerra Fría
Fermin Muguruza trabaja ya en los preparativos de la película de animación Black is Beltza 2: Ainhoa, segunda parte de la producción estrenada hace dos años en el Zinemaldia como parte de un proyecto en diversos formatos que incluyó la edición de un cómic, un disco y una exposición, entre otras actividades. Aunque el hermetismo en torno al proyecto es total, la idea es que la película se pueda estrenar en el Zinemaldia de 2022.
Tras varios meses de preparativos y escritura del guion, las ayudas al proyecto cinematográfico obtenidas en Europa y en Euskadi han supuesto el respaldo que buscaba el músico y director irundarra. Al igual que Black is Beltza, la cinta se realizará en euskera, y en esta ocasión en parte en castellano, francés, inglés y alguna incursión en árabe.
Según consta en el dossier de la película, el guion de Black is Beltza 2: Ainhoa, firmado por el propio Muguruza, de nuevo junto al escritor Harkaitz Cano y al que se ha sumado esta vez Isa Campo, está protagonizado por la hija del protagonista de la primera cinta, Manex Unanue. Dos décadas después de aquella historia, su hija Ainhoa nace en La Paz (Bolivia) tras la muerte de su madre, Amanda, a consecuencia de un atentado parapolicial. La joven crece en Cuba y en 1988, a los 21 años, viaja al País Vasco para conocer la tierra de su padre.
En Euskadi tendrá la oportunidad de asistir el 1 de octubre de ese año al Azken Guda Dantza con el que se despidió Kortatu, el primer grupo de Fermin e Iñigo Muguruza, fallecido el pasado año. Y también de conocer a Josune, una periodista comprometida, y a su cuadrilla de amigas y amigos. Cuando uno de estos muere por sobredosis de heroína, Ainhoa y Josune parten en un viaje iniciático que las llevará por al Líbano de los acuerdos de paz que pusieron fin a quince años de guerra civil, al Kabul que asistió a la retirada de las tropas soviéticas y a la turbulenta Marsella de finales de los ochenta, sacudida por las mafias del narcotráfico.
Así como en Black is Beltza, que transcurría en un 1967 en el que germinaban las corrientes subterráneas que explotarían al año siguiente, sirvió al director de la cinta para capturar el espíritu de una época a través del concierto de Monterrey, la Guerra de los Seis Días, Cuba y los Black Panthers, la historia de esta segunda parte se sitúa en vísperas de aquel 1989 en el que la caída del Muro de Berlín y la posterior desaparición del bloque soviético alterarían la configuración del orden mundial: el fin de la Guerra Fría.
Durante este 2020 de parón musical a causa de la pandemia y de circunstancias personales, Fermin Muguruza ha estado volcado en el trabajo de escritura del guion junto a Harkaitz Cano. En posteriores reescrituras del texto se ha sumado la guionista, directora y productora Isa Campo.
La película cuenta con la participación de la Talka Records & Films, de Irun, y la valenciana Ambra Projectes Culturals a través del estudio de animación valenciano Hampa, que ya participó en la primera Black is Beltza. Elkar prestará su apoyo al proyecto con su estudio de sonido y gestión de derechos de sincronización de canciones, en una banda sonora en la que figura Maite Arroitajauregi Mursego.
A los 60.000 euros aportados en concepto de ayudas al desarrollo por Europe Creative Media –la única producción vasca que la ha obtenido–, se suman los 200.000 concedidos por el Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco y los 8.000 de la Diputación Foral de Gipuzkoa. En cuanto a Euskal Telebista, falta por confirmar su participación en la película.
Ahora, el equipo de la película cuenta con ocho meses para trabajar en el desarrollo al que compromete la ayuda europea que, por otra parte, constituye un importante respaldo. En marzo se presentará el proyecto en el foro de coproducción Cartoon Media de Burdeos.
Desde su estreno en 2018, Black is Beltza ha podido verse en festivales de más de sesenta países y aún a día de hoy tiene cerrada su participación a lo largo de 2021 en varios certámenes que no se han podido celebrar este año.