
Entradas / Sarrerak / Tickets / Billets 👉 L’Atalante cinemetan 🎟️
Argia ➝
Black is Beltza filmaren estreinalditik (2018) lau urtera, bigarren filmaren, Ainhoa, sortze prozesua kontatzen du dokumentalak. Amaia Jacksonen eta Fermin Muguruzaren arteko elkarrizketaren bidez, proiektuaren ertz guztiak ezagutuko ditugu: Iñigo Muguruzaren heriotzak nola baldintzatu zuen egitasmoa, finantziaketaren zailtasunak, ahotsak jarri dituzten aktoreak, animazioaren xehetasunak, produkzioari dagozkionak… Berriz ere artefaktu transmedia bat dugu eskuartean: filmaz gain, komikia, BSO-soinu banda eta ekintza paraleloak ditu, baita sorpresak ere bai, proiektu-amets hau posible egin dutenek elkarrizketa bidez azaldu digutena.
Egilea: Fermin Muguruza
Infobae ➝
Es la tarde en el barrio de Congreso. Sobre la calle Hipólito Yrigoyen una persona está apoyada en la estructura de un kiosco cerrado. Escucha un rock estridente en una radio atada a un carro de supermercado lleno de ropa y bolsas de plástico. Una señora cruza la calle como si fuera un zombi. Otro grupo de personas se prepara para pasar la noche a la intemperie en la plaza. El músico y cineasta vasco Fermín Muguruza está sentado en la mesa del bar de la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo, al lado de un retrato del Che Guevara. El café y el agua lo trae la persona de prensa, desde un kiosco, porque el lugar está solamente abierto por Fermín. “Es un lugar al que siempre quiero volver”, dice. Hace más de veinte años que el cantante y líder de bandas punk rock como Kortatu y Negu Gorriak, que crearon una revolución en la música del territorio vasco, regresa a la Argentina.
Todo lo que hizo y que lo trajo hasta acá, con 59 años de edad, sigue vigente. Su música siempre fue un grito de rabia frente al fascismo y la exclusión social que provoca el capitalismo. La ropa negra, el pelo cortado al ras y los rasgos de su rostro pueden parecer duros y tajantes como su discurso, pero cuando habla del almuerzo y el vino que compartió con un amigo en el restaurante Cervantes, un clásico de la zona, el cuerpo se le ablanda y asoma una sonrisa.
—Tomamos Vasco Viejo. Salimos los dos contentos y felices.
Fermín se ríe. Es una risa ahogada, una risa oscura, una risa cínica, una risa con los dientes apretados.
—Me levanté de una siesta y me dije: “¿por qué tomé vino?”, pero lo más interesante en estos viajes es poder compartir con mi gente.
El artista vasco está en Buenos Aires para presentar su nueva película Black is Beltza 2: Ainhoa, que se estrenó oficialmente en el festival de cine San Sebastián en una fiesta en el velódromo de la ciudad para tres mil personas. El largometraje de animación para adultos, que es una coproducción entre España y Argentina, se sitúa en los años noventa y lleva a su protagonista, Ainhoa, una joven nacida en Bolivia, por un viaje alrededor del mundo en busca de respuestas acerca de los asesinatos de sus padres, involucrados con movimientos de liberación internacionales, desde Cuba hasta Palestina. Es un largometraje político de acción y aventura, que funciona como secuela de Back is Beltza, que puede verse en Netflix. La película, con una banda de sonido que reúne una selección del rock radical vasco como Barricada, Negu Gorriak, Kortatu, Rip, Cicatriz y artistas internacionales como The Pogues, se podrá ver en el cine Gaumont (Av.Rivadavia 1635) en dos funciones diarias a las 18.15 y 22 horas hasta el miércoles 26 de octubre. La avant premiere se realizó en el complejo Art Media con una fiesta gratuita con el espíritu del estreno internacional.
—Quise proyectar la película y que en el mismo sitio la gente se pueda beber unas cervezas y quedarnos allí, y encontrarnos con gente con la que compartí cosas. Me dio pena saber que murió Pipo, el director del Festival de Cine Árabe Latinoamericano. Puedo decir que el primer premio que se me dio en mi vida fue en la Argentina y me lo dio Pipo.
—Hace cuatro años me dieron un premio por todo mi recorrido musical en el País Vasco. Quieras o no cuando estás tan castigado a nivel censura y que en muchos lugares no puedes actuar, son cosas que reconfortan. Sabes que dan prestigio también.
A mediados de los ochenta, la música del grupo Kortatu con esa mezcla de punk rock y ska generó una revolución en el País Vasco con sus letras radicales en euskadi, que hablaban sobre la represión policial, la iglesia, la liberación sexual, la problemática de las drogas en las calles y promovían la rebeldía frente a la injusticia social. Himnos como “Mierda de ciudad”, “Don Vito y la revuelta del franopático”, “Nicaragua sandinista”, “Zu atrapu arte” y principalmente una de sus canciones más populares “Sarri, sarri”, (inspirada en la música de “Chatty Chatty”, del grupo jamaicano Toots and the Maytals y con una letra que hablaba de la fuga de la prisión de Martutene de dos presos condenados por su pertenencia a ETA), le valió la censura, pero terminó atravesando territorios, influyendo en el sonido de una nueva generación.
En los noventa vino a tocar con Manu Chao y formó parte de la semilla de lo que fue todo el movimiento del rock latino. Desde esa época conoció a mucha gente con su proyecto Negu Gorriak, su formato de Sound System después de grabar un disco en Jamaica, y las presentaciones de sus documentales Bass-que Culture (2006), Checkpoint Rock: Canciones desde Palestina (2009), Next Music Station (2011), una serie sobre la música de varios países árabes, No More Tour (2013), un documental sobre su propia gira, y Zinemira Nola? (2016), un registro de Nueva Orleans diez años después del Katrina. Con su nueva película Black is Beltza 2: Ainhoa, el músico y cineasta, no le habla solamente a los de su generación, los que crecieron, hicieron pogo o bailaron con temas encendidos y volcánicos, que causaron conmoción en el País Vasco, sino a las nuevas generaciones que siguen la cultura del comic, admiran autores como Robert Crumb, o pueden verse representados por la influencia del animé, o seguir películas de culto como Heavy Metal de Gerald Potterton.
—Nazco en el ‘63 así que todas las dictaduras, las nuestras y las de otros no nos son ajenas. Sabía que era el país del Che, el país de las Madres, de los desaparecidos, y luego teníamos la literatura, todo lo que conocíamos de Benedetti y Galeano con sus Venas abiertas de América Latina.
“Black is Beltza II: AINHOA”
—La música de Violeta Parra y mucho tango, porque yo tocaba el acordeón.
—En mi casa han sido muy musicales. Mis padres eran muy enamorados del acordeón. Nosotros tocábamos la cromática y todo lo que era Astor Piazzolla. Toda esa música nos llegaba mucho. El tango me parecía una maravilla.
—Fue en París. Ellos estaban tocando con Manu Chao, colaborando para el disco Casa Babylon. Fui a verlos y de repente me los encuentro ahí. Dos afros con dreadlocks medio punks al estilo londinense y me cantan una de mis canciones en euskera. Me quedé pensando, ¿qué esta pasando aquí? Ese fue mi primer contacto. En el ‘92, también, estuvimos tocando en México con Los Cadillacs.
—Nosotros entramos ahí cantando en euskera y éramos parte de ese reventón porque luego produje a Tijuana No, y ahí también colaboraron los Mano Negra y Todos tus Muertos. Teníamos mucha gente. Ahí agarramos el disco Casa Babylon de Mano Negra, el Dale Aborigen de TTM, Tijuana No con Transgresores de la ley, y los de Negu Gorriak. Estábamos todos en los cuatro discos de los otros. Son discos de cabecera de lo que estaba pasando en los noventa, donde reivindicamos las raíces de las músicas populares y lo mezclamos con rock, reggae, rap, o con expresiones más punk. Rompimos compartimentos y nos atrevimos a hacer lo que queríamos y encima todo funcionó. Vivimos esa efervescencia.
——Para nosotros una cuestión imprescindible es la transmisión y explorar vías nuevas para que se conozca lo que pasó antes. En primer lugar en el País Vasco y luego a nivel mundial. Están los que conocen esta historia y los jóvenes que no. Me gusta el concepto africano de los griots y su manera de transmitir la sabiduría de los ancestros a los jóvenes. Tengo 40 años en la música y el cine y atravieso a varias generaciones con lo que hago.
Fermin Muguruza (Foto: Mariana Eliano)
—Es que si haces un viaje al primer disco de Kortatu te vas a dar cuenta que la primera canción del disco es una canción basada en un comic, Revuelta en el frenopático. Después aparece la influencia del cómic undeground americano con Robert Crumb. En el segundo disco en el estado de las cosas hay una canción dedicada a Stefano Tamborini el guionista de RanXerox, que murió por una sobredosis de heroína, y en el tercer disco tenemos “After bolchevique” que es un cómic del País Vasco. Siempre está la referencia al cómic en toda mi música. Incluso el disco Brigadistas Sound System está todo dibujado por un ilustrador. Mi hermano y yo hacíamos nuestros cómics. Mi hermanos dibujaba y yo hacia los guiones y preparábamos las tiras de nuestros propios cómics.
—Queríamos llevar a nuestra protagonista al último concierto de Kortatu y cuando muere mi hermano decido darle vida a través de la animación no solo en el concierto sino también en un reportaje, que no queda aislado de todo el guión. En cada línea o frase se dicen cosas que tienen que ver con algo que pasara en la película, o incluso con lo que pasó en la anterior película como cuando se menciona Vietnam, o cuando los franceses empezaron a traer el opio de Saigón por los laboratorios que tenían en Marsella, o cuando hablamos de la desaparición de los 150 kilos de cocaína en mi país. Es un guiño a la gente que nos sigue y que sabe que nosotros con Negu Gorriak hicimos una canción (“Podredumbre”), por la desaparición de esa droga y que tuvimos ocho años de proceso judicial por eso. De alguna manera fue reivindicar la idea que tuvo siempre Kortatu de denuncia social, compromiso político, pero también de la defensa del aspecto lúdico del arte y disfrutarlo, celebrar la vida, e intentar reírnos de todo, incluso de nosotros mismos.
—Esa es la idea. A mí me encanta el hardcore y el punk rock, pero nosotros veníamos de otra onda, no sólo del punk sino de todo el revival del ska. Para nosotros, The Specials, The Beat, The Selecter, Madness, eran pura fiesta, pero a la vez eran bandas que reivindicaron el encuentro de culturas y que estuvieron en primera línea de fuego contra el racismo luchando contra el frente nacional en Inglaterra. Eso era muy importante.
“Black is Beltza II: AINHOA”
—La defensa de la fiesta popular es intrínseco a nosotros porque durante las dictaduras las fiestas eran una manera de juntarnos, de sabernos vivos, de cantar canciones populares a las que les dábamos un doble sentido que la dictadura no podía entender y nosotros sí. La defensa de la fiesta es una manera de decir que la fiesta hace comunidad y esa es una de las grandes estrategias que nos queda en este duro capitalismo en el que vivimos.
—Bueno, todos los discos que fui haciendo son retratos de una época, pero hay canciones que se cantan con la misma rabia como “Zu atrapu arte”, que tendría que tener un estudio de cómo se canta en diferentes países del mundo. La gente se la sabe en euskera y es una declaración de principios. Así comienza y termina la película. Esa canción no se puede seguir cantando sin rabia por todas las injusticias, por todo las revoluciones que no pudimos hacer, por las frustraciones, por no conseguir algunas cosas.
—Sobrevivir, conseguimos sobrevivir. Estamos aquí presentado una película que sirve de transmisión a futuras generaciones, y que sirve también para contar nuestra historia y que no la cuenten otros. Ganamos la palabra.
La Base [Diario Público] ➝ Anita Fuentes entrevista a Fermin Muguruza sobre su nueva película, Black is Beltza II: Ainhoa, que visibiliza las conexiones que existían entre el poder policial, la guerra sucia y el narcotráfico en los 80 y 90. Hablan sobre revoluciones, música, animación, feminismo, memoria colectiva y más.
Fermín Muguruza es punk y hace arte antifascista. Podría decirse de él que es un músico que hace cine de animación o historieta. También valdría la definición. Muguruza es también un referente del punk de los ‘80 de la península y del arte de la resistencia en el País Vasco con distintas bandas –notablemente Kortaku y Negu Gorriak-. De su producción reciente se conoce Black is Beltza, un cómic y película animada –disponible en Netflix- y sus correspondientes segundas partes: Black is Beltza 2: Ainhoa, que está llegando en estos días a las carteleras argentinas. En Buenos Aires se puede ver en el Gaumont (Av. Rivadavia 1635) desde el jueves, en Rosario en Cine Nuevo Monumental (Avenida San Martín 993) desde el sábado. Tanto la primera como la segunda parte contaron con el equipo de Draftoon, de Rosario, que en esta ocasión incluso asumió el papel de coproductora del film.
Si la primera parte seguía los pasos de Manex, un vasco que conocía de primera mano las luchas por los derechos civiles de Estados Unidos y otros países, en esta secuela el espectador conoce a Ainhoa, su hija, que viaja al País Vasco para conocer la patria paterna y toparse con los años de plomo de la ETA y distintas luchas civiles en Medio Oriente, además de la explosión del negocio de la heroína y la cocaína en todo el mundo. Muguruza está de visita en la Argentina y, durante su encuentro con Página/12 recuerda con cariño la publicación del primer cómic acá –y su presentación en el Espacio Moebius-, anticipa la salida del segundo y, claro, presenta el nuevo film animado.
-Imagínate que ya cuando salió el primer cómic lo fuimos a presentar a Guadalajara. Allá estuve con un trombonista que se lo leyó en una noche y a la mañana vino y me dijo “ahora tenemos que conocer la historia de la niña”. Y yo estaba “pero si ahora voy a hacer una película de esto, ¿cómo voy a poder pensar siquiera en hacer la de esta niña?” Pero era algo que me rondaba a mí también. Para mí era interesante pensar que en el relato si la niña cumplía 18 años ya estábamos en el ‘85 y con 21 ya estábamos en el ‘88, entonces llegábamos a la época de Kortaku.
-A mí me apasiona la historia de la humanidad. Los años 60 me interesaban mucho porque ya estaba yo en este mundo. Nos interesaba contar cómo funcionaba el racismo y la perspectiva de las revoluciones desde la perspectiva del País Vasco. Y toda la ficción está atravesada por los hechos históricos. Pero además en el hacer la primera película aprendí muchísimo. Imagínate que son cuatro años trabajando en eso. ¡Es un master! Ahí dije “ahora, con todo lo que sé, ¿voy a permitir que esto desaparezca como lágrimas en la lluvia?” Pues no, hay que hacer una segunda película y contar la historia de esta chica. Y nos vamos a ir al País Vasco, y ahí ya teníamos la presencia musica constante. Si en la otra película visitaba nuestro protagonista el Festival de Monterrey, en esta es ir al País Vasco y ver la “última danza” de Kortaku. Tenía la idea de contar esos años tan duros, los años de plomo, con lucha armada, con represión, con guerra sucia, escuadrones de la muerte y la introducción masiva de heroína que masacró a una generación entera, la mía.
-Es una película dura. Un thriller político, con espionaje y contraespionaje, quería que no supieras qué tipo de careta usaban los personajes. Y por supuesto hay un ejercicio de memoria histórica que para quienes hemos vivido esa época reconforta, pero no desde la nostalgia, sino desde el volver a pasar por el corazón. Pero todo desde la crudeza, las contradicciones, las discusiones que había en todo momento. Y luego desde la reivindicación del papel de la música.
-(Risas) Bueno, ¡de vez en cuando hay que decir alguna boutade! Muchas veces me preguntan “¿Tu qué te consideras más, cineasta o músico?” Finalmente, soy un músico que hace cine. Yo compongo una partitura. Pero incluso la realización de la película tiene que ver con el ritmo musical que imprimen las canciones, que son un personaje más. Con las melodías de las voces que pido a los actores y actrices. No les pido intensidad ni grito, sí melodía. Incluso todo lo que son los sonidos del folly, que acompañan las cosas, entran y salen dentro de esa composición musical. Hasta te voy a dar un detalle: hay un personaje que cuando aparece, suena una mosca (imita). Crea tensión, ni te enteras, es subliminal. Pero trabajamos mucho así. Y además con el estudio de animación buscando ser lo más eficaces posibles en cada plano, mezclamos muchas técnicas. Por eso me gustaría subrayar el trabajo de Draftoon de Rosario, que fueron imprescindibles, en esta segunda incluso fueron co-productores.
-Me gusta mucho esa apreciación, porque de la misma manera que Woody Guthrie se puso una pegatina en la guitarra diciendo “esta máquina mata fascistas”, nosotros teníamos una camiseta de “Black is Beltza. Este film mata fascistas”. Esto que hacemos nosotros de divulgación, de contar nuestro relato, de no dejar que otro lo cuente, precisamente por esa batalla de qué narrativa se impone. De la sociedad actual me interesa mucho fijarnos en Colombia. Es muy interesante que un país que nunca conoció la paz, porque las luchas de clases van a seguir, más en un momento tan cruento del neoliberalismo, han sido capaces de crear ilusión. Eso es algo imprescindible. Poder escuchar a Petro en la ONU con ese discurso, incluso hablando de legalizar las drogas. O a su vicepresidenta, que de repente ilusiona a la población indígena porque la van a recibir, siente la abrazan. Por supuesto tenemos el miedo de que los maten, directamente. Y del intento de ahogo que va a haber. Pero sí, la situación es desalentadora. Lo que ocurre es que hay una serie de revoluciones que se fusionan y a veces hay que pensar que la construcción de un mundo nuevo se detuvo por un instante. Pero caer en la frustración, o incluso en el escepticismo, que es la peor de las enfermedades, es algo que no nos podemos permitir. Nosotros tenemos que seguir siendo trovadores, decir que sobrevivimos a todo, que podemos seguir contando todo aunque nos quisieron callar miles de veces. Nuestra victoria es esa.
Redacción Canal Abierto | El músico vasco Fermín Muguruza se encuentra en nuestro país con motivo de la presentación de su nuevo largometraje Black is Beltza 2: Ainhoa. Al igual que su predecesora de 2018, se trata de un largometraje de animación. En esta ocasión es una coproducción vasco-argentina, realizada con la productora de animación rosarina Draft Toon Studio. El film será proyectado en el cine Gaumont a partir de mañana.
Muguruza tiene una reconocida trayectoria en el campo de la música a partir de su irrupción a comienzos de los años 80 con la banda Kortatu, emblema del incipiente rock radical vasco. Luego dio forma a Negu Gorriak, con el que comenzó su relación con nuestro país a partir de su visita inicial en 1994 y que se prolongó a través de la amistad y colaboraciones con referentes del rock alternativo local como Todos Tus Muertos, Las Manos de Filipi, Los Fabulosos Cadillacs y Actitud María Marta.
Ya sea en su histórica actividad musical como en su reciente faceta de cineasta, el activismo social y político recorre toda la obra de Muguruza. Desde la causa independentista de Euskera a la lucha contra todo tipo de fascismo, su arte estuvo siempre ligado a la solidaridad con diferentes luchas. La saga de Black is Beltza no es la excepción.
La primer entrega se ambienta en 1965. Partiendo de Nueva York, el personaje principal, Manex, recorre la contracultura de esa ciudad, conoce a los Panteras Negras, viaja a Cuba para ponerse al servicio del Che Guevara para culminar en Biarritz.
El film que presenta en esta oportunidad tiene como protagonista a Ainhoa, hija de Manex que, al igual que su padre, también recorrerá distintos parajes del planeta. El punto de partida es La Habana, y las paradas incluyen Euskera, Argel y Kabul entre otros destinos.
Con una elipsis de 25 años, la trama se sitúa en los finales de la guerra fría. A partir del recorrido de Ainhoa, se revelan acciones de los Estados Unidos en función del debilitamiento de su rival soviético como la creación de Al Qaida y el intercambio de armamento por heroína como forma de financiamiento de esa guerra sucia.
En un encuentro con la prensa argentina, Muguruza compartió detalles del proceso de producción de la película. “La historia de Ainhoa a la vez es nuestra historia. Porque Ainhoa nace en 1967 en Bolivia el mismo día en que matan al Che Guevara. Ella aprende misteriosamente el euskera con un también misterioso poeta vasco que se fuga de la cárcel y vuela al país vasco a conocer a sus ancestros”, contó Muguruza.
El músico y cineasta recordó que una vez concluida la etapa de escritura, empezó el momento de la financiación del proyecto. Y que ahí empezaron a aparecer las piedras en el camino: “Teníamos pensado que después de la primer película iba a ser mucho más sencillo, pues había sido muy difícil sacar la primer película. Solamente habíamos contado con apoyo vasco, regional como se llama allá. No había recibido ningún tipo de apoyo del Estado español. Y sacamos la película adelante con ese apoyo colectivo que teníamos de toda la gente que la quería hacer. Y de pronto la película estuvo en 50 festivales internacionales, se estrenó en el Estado español y en el Estado francés. Una plataforma china compró los derechos, Netflix se interesó para tener nuestra película en catálogo durante 10 años”.
“Todo eso hacía que nosotros pensáramos que con la segunda iba a ser mucho fácil, que nos iban a abrir todas las puertas y nos iban a decir ‘por favor pase, señor Muguruza, bienvenidos’. Somos soñadores y a veces pecamos de ingenuos. Pero también eso es lo que nos hace caminar, nos hace más fuertes, nos hace volver a levantarnos. Como decía el poeta (Fernando) Pessoa, tenemos que hacer de cada caída un paso de danza. Y eso es lo que hacemos nosotros, seguir bailando como los gigantes de San Fermín que si no bailan, están muertos”, sostuvo.
“Fue la primera vez que pensé que no iba a poder levantar un proyecto. También que esa fortaleza que siempre he tenido era más vulnerable tras la pérdida de mi hermano, ese compañero que siempre ha estado al lado mío. No había financiamiento. A pesar que digan que la animación española es estratégica. Pero a nosotros nos obligan a ser ciudadanos españoles, tenemos pasaporte español, tenemos obligaciones pero no derechos”, expuso el célebre artista.
“También recurrimos a la televisión española y nos respondieron de una manera muy peculiar: nos dijeron que no encaja en la línea editorial. Con lo cual nos están diciendo que hay una línea editorial concreta para difundir de manera audiovisual contenidos que no se salgan de la líneas rojas que están marcando la versión oficial de lo que se tiene que contar, de qué es lo que pasó en los años 80. Qué pasó exactamente durante la transición. Por eso salimos con todo lo que fue el rock radical vasco con gente como La Polla o Eskorbuto. Con todas esas bandas también contábamos esa otra historia oficial que no nos estaban contando”, planteó.
Fue ahí que el estudio Draft Toons, que ya había hecho la parte de animación en la primer película, se propuso como coproductora, algo que no suelen hacer, ya que sólo prestan servicios técnicos. “Ellos contactan a Hugo Castro Fau que se pone con la producción desde Argentina y de repente conseguimos la ayuda del INCAA. Así que esta es una película vasco-argentina que no tiene apoyo del Estado español, pero conseguimos ayuda del INCAA. Eso fue una revolución”, relató Muguruza.
“Fuimos consiguiendo una ayuda de un lado y del otro -continuó describiendo-. Tenemos un montón de productores asociados que son desde un estudio de sonido, el restaurante de los hermanos de Aitor Zavaleta que fue asesinado en Madrid, hasta una cooperativa cervecera”.
En tal sentido, subrayó que “este es un triunfo, el poder de la comunidad y de la gente que quiere hacer cosas y empuja. Incluso los actores se acercaron diciendo que querían estar en esto. Y no solamente actores vascos. Está el caso de Antonio de la Torre, que es uno de los máximos actores que tenemos. O Ariadna Gil, que incluso tiene un Oscar por Belle Epoque y está en primera línea en la actualidad, ya que es la compañera de Viggo Mortensesn”.
“Yo les planteé que participar en esta película después puede tener consecuencias. Sabemos que la extrema derecha, y me refiero también al Partido Popular, no me quedo sólo con VOX, va a intentar atacar a la gente que ha estado colaborando e irán por todos ellos. Eso hicieron con Itziar Ituño cuando hizo La casa de papel. Intentaron boicotear La casa de papel. Pero con tan mal resultado, que la serie se hizo mucho más popular de lo que era. Y hoy es una persona intocable. Esa es gente que vive en un pozo de víboras, pero pueden criticar todo lo que quieran que ya no hacen ningún tipo de daño”, aclamó.
En nuestro país, la película tuvo un preestreno a sala llena en el Complejo Art Media, que sirvió al artista para reencontrarse con su público y amigos de nuestro país. “Estrenamos en un lugar de 700 butacas. Eso es algo que me da un poco de… respeto… En primer lugar porque hay que cumplir con la parte técnica. Porque es una película muy buena. Acaba de ganar en festival internacional. Es el primer festival en que participamos y ganamos. Uno de uno. Y nada menos que el Festival de San Sebastián. Es uno de los cuatro que hay en Europa que es Categoría A, junto a los de Venecia, Cannes y la Berlinale. Y que nos hubieran propuesto estar ahí, y más precisamente en el Velódromo. Fuimos uno de los tres estrenos en ese lugar. Y el nuestro fue el único que agotó entradas 20 días antes”, celebró Muguruza.
El músico reconoció a Castro Fau como el responsable de ese evento: “Consiguió esta proyección de manera gratuita, sabiendo la situación que estamos viviendo aquí en Argentina. Hay mucha gente que no tiene plata para poder desplazarse y volver. Y hacemos una proyección gratuita. Cuando lo propuso Hugo, me pareció descabellado. Yo pensaba cobrar unos pesos para que haya algún control o tener una noción de la cantidad de gente. Y el insistió: gratuito”.
Consultado sobre la expectativa por el retorno a nuestro país, Muguruza vaticinó que “va a ser muy emocionante porque cada vez que vuelvo es como un encuentro. Las redes sociales son un termómetro. Ahí mucha gente hace un repaso de su vida que a su vez es la mía. ‘Yo te vi aquí, yo te vi allá, estuve en Banfield o en todos lados en los que he estado en Argentina’”.
Y vaticinó lo ocurrido al momento de la proyección: “Después, qué va a pasar cuando empiece la película. Yo creo que cuando empiece a sonar la gente se va a poner a gritar. Creo que en algún momento la gente va a aplaudir, y creo que al final de la película se van a poner de pie y alguno hasta llore cuando aparezca el fotograma con la imagen de mi hermano”.
Consultado por Canal Abierto sobre la relación de continuidad entre las historias de ambas películas, Muguruza contó: “Cuando sale la primera película estábamos muy influenciados por el trabajo de Hugo Pratt, Corto Maltés. De hecho hay guiños al Corto Maltés, hay unos guiños con el padre de Manex que era un brigadista internacional. Hugo Pratt hace que Corto Maltés desaparezca en la Guerra Civil Española, ya que acude allá con una brigada internacional a combatir contra el franquismo”.
“En esta vamos más allá, incluso hay un guiño al propio Corto Maltes. Podríamos haber seguido con una saga de historia, aunque no pudiéramos hacer películas si podríamos haber seguido con los comics en los que el protagonista fuera Manex. Pero decidimos que no. Preferimos hacer algo que en inglés ni siquiera sería una segunda parte, sería como un spin off”, explicó.
Y agregó: “me parecía interesante contar la historia de esta niña cuando cumple 21 años. Es una película independiente, pero sucede que sus padres son los que fueron protagonistas de la anterior película. Entonces tenía que haber una relación, un vínculo. De hecho hay muchas líneas que vamos tirando y que unen ambas películas. Al final es también una historia de aventuras, de venganzas, un thriller político en el que hay espías, porque estamos justo en el final en lo que se denominó la Guerra Fría”.
“Ainhoa es un vehículo para pasarla bien pero también para identificarte con ella. Hay que luchar contra las injusticias y a la vez también quiero bailar. Porque como dijo Emma Goldman, si no se puede bailar no es nuestra revolución”.
“Era muy importante que fuera Black is Beltza porque también hay una continuidad estética, aunque desde lo técnico acá hemos dado un salto técnico importante. Hay algún personaje de la anterior película que aparece en esta y hay mucha referencia a qué es lo que pudo pasar en ese momento. Qué pasó con el padre, qué pasó con la madre, porqué Ainhoa quiere buscar lo que está pasando en ese momento y tiene que ver con aquellas desapariciones. Por eso tiene que ser una segunda parte, aunque poco a poco quizá esta película pueda ser conocida como Ainhoa. En la proyección del Velódromo la gente salió con el puño en alto gritando gora Ainhoa, que quiere decir viva Ainhoa”, revivió.
Muguruza también brindó una reflexión sobre los nuevos modos de censura: “Esto es consecuencia de cómo hemos ido dejando espacios al neoliberalismo para que puedan morder más fuerte y tengan cada vez más ese poder de decisión. Hay nuevas maneras de censura. Ya no es censura explicita, que también la hay. En cuanto yo hago una declaración, enseguida van contra mí, contra la película. Pero ahora también se hace de una manera más sibilina. Hacen que no se vea. Muchas veces se hace con una llamada diciendo que ni se les ocurra programar determinada película. O buscan películas en el fondo de catálogo para poner y que no quede sitio para programar”.
“Hay una estrategia clara para que solamente se consuma un tipo de cultura. Es un proceso de infantilización del público. ‘Yo soy el padre y te voy a decir que puedes ver y qué no puedes ver’. Eso se lleva hasta las últimas consecuencias. Y eso es lo que estamos padeciendo”, agregó.
“A la anterior película, en el Estado español la vieron 20.000 personas en cine. Y sin embargo, en este cine de Madrid la fueron a ver 2.500 personas. Y no hay otro cine que la quiera programar. Simplemente a nivel comercial es muy sospechoso que una persona se niegue a programar una película que van a ver 2.500 personas. Hay una crisis de taquilla enorme después de la pandemia porque la gente tiene otro tipo de consumo televisivo o de cine a través de las plataformas. Entonces, si hay una película que lleva gente, lo normal es que la programes. Es muy sospechoso esto que pasa. Nosotros hacemos una campaña en la que decimos que tenemos que defender cada cine como si fuera una barricada”, concluyó Muguruza.
Como cada sábado, Nós Diario trae entre as súas páxinas un novo número de Sermos Galiza. O semanario protagonízao, desta volta, o incombustíbel artista vasco Fermín Muguruza, que vén de presentar Black is Beltza II: Ainhoa, unha obra de banda deseñada editada en euskera, catalán, español e galego e que estes días estivo presentando no país. Entrevístao Manuel Barreiro.
«Sempre fun un contador de historias e sempre tratei tamén de estar atento, de aprender, de ser unha esponxa do que pasaba o meu redor. Por exemplo, no caso dos videoclips, algúns utilizábanos como ferramenta comercial pero para nós era unha forma de contar cousas. Tamén tiñan ese aspecto lúdico da arte, claro; pasalo ben era unha reivindicación fronte a tanta miseria e tanta represión», sinala nesta conversa que se publica o sábado.
ara ➝
BARCELONA“He estat tres anys sense fer entrevistes. Després de la mort del meu germà vaig decidir deixar-ho tot. Ni música, ni entrevistes. Res. Jo sempre he tingut una gran armadura que m’ha protegit, però es va esmicolar amb la mort de l’Iñigo”, explica el músic i cineasta basc Fermin Muguruza (Irun, 1963). El seu germà Iñigo, amb qui va compartir els grups Kortatu i Negu Gorriak, va morir el 5 de setembre del 2019 a causa de l’esclerosi múltiple. El dol ha sigut llarg, i fins aquest estiu Fermin no ha tingut “la sensació” que tornava a ser el d’abans. Allunyat de la vida pública, va bolcar-se a Black is beltza II: Ainhoa, la pel·lícula d’animació que acaba d’estrenar als cinemes i que ja havia començat a desenvolupar un any abans. “Em vaig dedicar en cos i ànima a la pel·lícula, gairebé com si fos una missió que m’estava ajudant a passar el dol i alhora a desfogar-me. I aleshores va arribar la pandèmia… Però puc dir que després de quatre anys de feina hem pogut fer la pel·lícula, el còmic [amb dibuix de la barcelonina Susanna Martín] i una banda sonora molt potent”, diu Muguruza un matí d’octubre a Barcelona, on ha estat uns dies promocionant l’estrena del film.
“Tota la pel·lícula està travessada per la mort de l’Iñigo”, diu Fermin, que recorda que l’estiu del 2019 fins i tot havia rumiat la possibilitat de fer una gira que remenés el repertori de Kortatu, Negu Gorriak i altres projectes personals: “Però al cap de quinze dies va morir l’Iñigo i tot se’n va anar en orris. Ara, quan algú em pregunta si faré concerts, dic: «Bé, de moment no». L’any que ve faré 60 anys i no sé què faré. Sí que m’agradaria, però ho veig molt lluny”. De fet, admet que és la primera vegada que no té un pla “a curt termini”, tret de dedicar tota la tardor a defensar la pel·lícula, que ja té confirmada distribució a França.
Ainhoa, amb les veus d’Ariadna Gil, Itziar Ituño i Antonio de la Torre, és la segona part de Black is beltza , que també va ser còmic i pel·lícula d’animació i que explicava el trànsit d’un jove basc pel mapa de les revolucions dels anys 60 i 70. L’Ainhoa és la filla del Manex i l’Amanda, els protagonistes d’aquella primera part, i la seva peripècia comença a finals dels anys 80, quan viatja de Cuba a Pamplona justament quan Kortatu estan a punt de fer l’últim concert com a grup. A diferència dels pares, l’Ainhoa no segueix el fil de les revolucions, sinó que intenta desemmascarar els poders que feia servir el tràfic de drogues com a arma de desestabilització política, tal com va fer el govern dels Estats Units finançant els contrarevolucionaris a Nicaragua o mantenint relacions amb els talibans afganesos que controlaven el conreu d’opi. Per això, l’Ainhoa viatja pel Líban, l’Afganistan, Turquia i França.
És també el temps del final de la guerra civil libanesa i de la retirada de les tropes soviètiques de Kabul; i, en el context basc, dels preparatius de les converses d’Alger entre ETA i el govern espanyol de Felipe González. “La pel·lícula acaba quan s’està negociant la treva a Algèria, que molts pensàvem que seria l’última”, diu Muguruza, que ha sigut cronista d’una època mitjançant cançons de Kortatu com Sarri, Sarri, sobre la fugida de Joseba Sarrionandia de la presó de Martutene el 1985, i Zu atrapatu arte, que comença amb el vers “un jove mor de sobredosi”. Muguruza no oblida l’impacte de l’heroïna durant els anys 80 al País Basc, « però també als barris obrers de Madrid i Catalunya, d’arreu”. “És important que no s’oblidi el que va passar en aquell moment històric”, diu abans de recordar les morts a causa de les drogues de músics de Cicatriz i R.I.P., “els dos grups que més van tocar amb Kortatu”.
Ainhoa es va preestrenar durant el Festival de Cinema de Sant Sebastià al Velòdrom d’Anoeta, el mateix lloc on el 2001 Negu Gorriak va fer els concerts que celebraven la victòria judicial contra el tinent coronel de la Guàrdia Civil Enrique Rodríguez Galindo, que havia demandat el grup perquè la cançó Ustelkeria l’acusava de participar en una xarxa de narcotràfic. “El passi de la pel·lícula a Sant Sebastià va ser molt emocionant, una de les coses més impressionants que he viscut. La mare de Naxto, el cantant de Cicatriz, es va emocionar molt, i en general va haver-hi una sensació de germanor col·lectiva”, explica Muguruza, que assumeix la responsabilitat de donar testimoni d’un temps i un país del qual ha sigut també protagonista. “Hem de confrontar els relats que volen imposar-nos, i la meva manera de confrontar sempre ha sigut la dialèctica i la cultura, la cançó, l’escriptura, i encara més ara que hi ha una regressió tan gran en el camp de la llibertat d’expressió i tota una batalla pel relat”, diu.
La immediatesa de la música li va permetre fer crònica del present dels anys 80 i 90 seguint el model de John Lennon. “Em va influir moltíssim. Ell deia que calia escriure cançons com si fossin notícies de diaris. John Lennon té una cançó del 1972 titulada Sunday bloody sunday, sobre la massacre de Bogside, a Irlanda del Nord. En aquella època va fer una cançó que demanava que els anglesos fotessin el camp d’Irlanda; i ho deia ell, que era anglès i tenia la distinció de la reina. John Lennon és un referent, i aquesta manera de fer cançons sempre m’ha fascinat”, assegura Muguruza. El tempo del cinema no és tan immediat, i potser per això les dues parts de Black is beltza tenen un caràcter retrospectiu. “És diferent”, admet amb un somriure.
Directa ➝
Conversem amb Fermin Muguruza i Susanna Martín, respectivament, director del film Black is Beltza II: Ainhoa i autora de les il·lustracions de la seva versió en format novel·la gràfica –a partir d’un guió del mateix Muguruza, Harkaitz Cano i Isa Campo, en català de la mà de Pol·len Edicions– que aquests dies han presentat a Barcelona, coincidint també amb l’estrena de la pel·lícula als cinemes Girona i altres sales de Catalunya. Es tracta de la segona part d’un projecte amb el mateix esperit multimèdia que aquest referent de la música basca (Kortatu, Negu Gorriak…) va donar a conèixer l’any 2018, aquest cop reencarnat en la filla del protagonista de la primera entrega. La xerrada dona per molt. Entre els temes que han sortit, i que s’apunten a la pel·lícula i la seva versió impresa: la guerra bruta al País Basc, la relació entre ficció i memòria col·lectiva, l’autodefensa feminista, el moviment Black Lives Matter, Iñigo Muguruza, el Corto Maltès, Alien… Però sobretot hem parlat sobre el vincle entre música i revolta.
Fermin Muguruza: Hi ha gent que jo respecto molt, com l’Alejo del grup Derribos Arias, que pensa que això no va passar. Això no obstant, podem constatar que existeixen documents que en un moment donat es van fer públics i després van desaparèixer, com per exemple l’informe Navajas [promogut pel fiscal en cap de l’Audència Provincial de Guipúscoa, Luis Navajas, el 1989]. Per què no podem llegir avui l’informe Navajas? Així podríem veure la connexió que hi havia entre el poder policial, la guerra bruta i el narcotràfic, la qual s’ubicava geogràficament al quarter d’Intxaurrondo que, com sabem, al seu moment estava molt relacionat amb el govern espanyol, que va ser la causa que dos ministres d’Interior, Vera i Barrionuevo, anessin a la presó. Una de les eines de la guerra bruta era el finançament que provenia de l’heroïna. N’hi ha proves, i n’apareixeran més, com ja ha passat als Estats Units. De fet, el lehendakari Ardantza afirma en les seves memòries que, quan era alcalde d’Arrasate, va organitzar un petit grup de policies municipals per seguir els cotxes que anaven carregats d’heroïna cap a Intxaurrondo. Encara que no vull fer propaganda de les seves memòries [riu], el que ell diu sembla un fet.
Fermin Muguruza: “L’animació per adults resulta totalment útil a l’hora de preservar i actualitzar la memòria col·lectiva”
F. M.: Hem fet una història d’aventures, un thriller polític, i és la manera que hem considerat millor per contar aquesta història divertint-nos i, al mateix temps, documentant tant els moments històrics que s’hi narren com les experiències que vam viure en primera persona. Crec que l’animació per adults resulta totalment útil a l’hora de preservar i actualitzar la memòria col·lectiva.
F. M.: Seguim la petjada de cineastes com Costa Gavras a Grècia; de Bertolucci i Pasolini a Itàlia; de Wim Wenders i Werner Herzog a Alemanya; i de l’època de la Nouvelle Vague a França… En el camp de l’animació, també m’ha influït Heavy Metal (Ivan Reitman, 1981) i la saga de Ghost in the Shell.
F. M.: En primer lloc, he de dir que Susanna és una professional amb una llarga trajectòria de creació de còmics. Domina perfectament el llenguatge de la novel·la gràfica. Per aquest motiu, tot va ser molt més fàcil per a mi des del principi, amb un estil de treball completament diferent, ja que, a diferència de l’ocasió anterior, la Susanna va calendaritzar amb precisió la data d’inici i de final. Per altra banda, aquesta vegada vam crear en paral·lel pel·lícula i còmic.
Susanna Martín: A mi em van passar un guió cinematogràfic i vaig dir: “Fermin, l’he de retallar”. Tot el que estava pensat pel metratge de la pel·lícula era impossible d’encabir en 125 pàgines. Vaig tenir total llibertat d’elecció dels continguts i per donar-los forma. Vaig fer servir la quadricromia i vaig respectar també l’estètica “un color, un viatge” que hi havia a la primera part de Black is Beltza.
S. M.: El còmic té un tractament feminista. Les hòsties que pega l’Ainhoa són diferents i estan inspirades en l’autodefensa feminista i les arts marcials. Si t’has d’enfrontar amb un armari empotrat i ets una dona no li dones un cop de puny a la cara per tombar-lo, tens altres estratègies com les puntades als ous. També, a diferència del film, he revisat el llenguatge perquè sigui inclusiu. Per últim, la mort d’un personatge molt important (no direm qui és per no fer un espòiler) suposa un punt àlgid tant del còmic com de la pel·lícula. I el tractament de les escenes és totalment diferent en els dos formats.
F. M.: No és un personatge real. Manex té dos referents. Un, Unax Ugalde, qui havia de posar-li veu; l’altre, el Corto Maltès, un personatge de ficció amb molts paral·lelismes amb ell i que ens va servir d’inspiració.
F. M.: Amanda està inspirada en cartells i fotografies de dones cubanes guerrilleres d’abans de la revolució. L’Ainhoa s’assemblava molt a la persona que li va posar veu, Maria Cruickshank, una persona mestissa filla de pare de l’illa de Granada i mare basca.
S. M.: M’agrada molt crear personatges. Sempre em pregunto a qui contractaria d’actor si volgués dirigir una pel·lícula. El paper d’Isabel, que és l’advocada, està inspirat en Ariadna Aristide, una actriu marsellesa que està molt compromesa socialment amb les causes actuals de la seva ciutat i que actua en films de cinema d’autor.
F. M.: Un altre personatge del film és una referència a la cantant libanesa Fairouz…
S. M.: I les escenes d’acció en què l’Ainhoa agafa un AK-47 provenen de la iconografia de la tinent Ripley a Alien (Ridley Scott, 1979), la meva pel·lícula preferida.
Susanna Martin: “Les hòsties que pega l’Ainhoa estan inspirades en l’autodefensa feminista. Si t’has d’enfrontar amb un ‘armari empotrat’ no li dones un cop de puny a la cara”
S. M.: La pel·li existeix principalment per homenatjar a Iñigo Muguruza i a totes les companyes de lluita del Fermín que segueixen vives. El primer passi va ser molt emocionant. En un moment donat tothom es va posar dempeus per cantar “Lau Haizetara”, el tema principal del disc homònim que Imanol Larzabal va publicar després de tornar de l’exili, i que forma part de la banda sonora original del film. Més enllà, aquest fet permet entendre la profunda connexió de la música amb les lluites, i il·lustra la idea de Salvador Allende que el mateix Iñigo parafraseja: “No hi ha revolucions sense cançons”.
S. M.: Sí, sens dubte. Més enllà, vull afegir que el passat està molt present i fa mal. Ara com ara, ETA encara serveix per enviar a la presó sense proves als implicats en el cas Altsasu. El dia de l’estrena va sortir a l’escenari Joseba Salutregi (director d’Egin que va passar set anys i mig a la presó); l’ovació de les 3.000 persones va ser monumental. Com a mínim, aquest moment va servir per contribuir a reparar en part un fet totalment injust, que té a veure amb la guerra contra la llibertat d’expressió.
S. M.: La informació, com l’AVE, passa primer per Madrid i després es distribueix. Aquesta idea funciona com una metàfora. Hi ha mecanismes que impedeixen una major connexió de les protestes, que era molt més complicada quan no hi havia internet, sobretot després del tancament dels diaris. Més enllà d’això, crec que el Pacte de Pau signat no ha estat real, perquè els presos no han retornat a Euskal Herria. Avui encara es reclama “Presoak etxera” (l’apropament dels presos) i tot això pràcticament no es veu fora del territori basc. S’ha d’anar amb peus de plom amb la imatge que es projecta. L’estigma “etarra” o “bilduetarra” es fa servir constantment per desacreditar lluites com el feminisme actual.
F. M.: La música portava el missatge. També, jo feia moltes entrevistes per a fanzins i ràdios lliures. Ara és molt difícil d’imaginar, però resolíem les ganes d’informació fent circular fotocòpies i cassetes que ens agradaven. Vam fer molts contactes a Europa amb Kortatu. Després, vam crear un circuit de música independent a Amèrica Llatina i a Àsia amb Negu Gorriak. Malgrat que no havíem fet cap distribució de la música de Kortatu, el primer cop que vam actuar a Mèxic l’any 1991 la gent se sabia les cançons… fins i tot “Zu atrapatuarte” en euskera!
Susanna Martin: “[A l’estrena] vam poder entendre la profunda connexió de la música amb les lluites, i il·lustra la idea de Salvador Allende que Iñigo [Muguruza] parafraseja: ‘No hi ha revolucions sense cançons’”
F. M.: Va ser coincidència, ja que vam començar el guió de la pel·lícula l’any 2010, i el còmic el 2014. Això no obstant, puc dir que prèviament havíem treballat amb Public Enemy o Ice T, que va tocar amb nosaltres amb el seu grup Body Count el 1996 al País Basc. No feia molt que el mateix Ice T havia publicat “Cop Killer”, per denunciar assassinats com el de Rodney King. Considerem que aquesta història és també la nostra dels anys noranta, quan Negu Gorriak estava en actiu. Pel que fa a la pel·lícula, comença amb un fet real i documental: el gegant negre que no pot desfilar per Nova York, a causa del racisme i la manca de llibertat d’expressió vigent llavors i avui. En tot plegat, també hi volíem afegir la reivindicació d’Emma Goldman: “si no puc ballar no és la meva revolució”.
S. M.: Algú va dir que si hi hagués una tercera part sonaria trap [riu]. Hauríem de veure quines músiques es van sentir durant la Primavera Àrab o el 15M… Bad Bunny, Residente i Ricky Martín van tenir un paper important en les mobilitzacions que van servir per enderrocar al president de Puerto Rico el 2019, quan es va posar en pràctica el reggaeton combatiu.
Público ➝
Hacía tiempo que la cartelera cinematográfica no nos ofrecía tan buenas y bonitas coincidencias. La casualidad hizo que se juntaran en las salas varias historias que hablan de lo que a algunos les molesta que se hable. Historias cuyos protagonistas enseñan otros mundos habitualmente ajenos a los productos de masas y a los medios de comunicación mayoritarios. Relatos molestos, a pesar de ser más que cotidianos y bien sabidos, pero cuyo marco no suele encontrarse en la versión oficial de la historia.
Los laterales del velódromo de Anoeta llenos a rebosar en un habitual día lluvioso en Donostia, mientras la Borken Brothers Brass Band ameniza la espera y se suceden los reencuentros y los abrazos de gente llegada de diferentes ciudades y países. Algunos ya pasaron por aquí hace veinte años para asistir al concierto de despedida de Negu Gorriak, reunidos tras su separación para celebrar la victoria judicial sobre Enrique Rodríguez Galindo, el general de la Guardia Civil que los demandó por la letra de la canción Ustelkeria (podredumbre), en la que se denunciaban los vínculos de este miembro del GAL con el narcotráfico. Galindo sería condenado a más de 70 años de prisión por el secuestro, las torturas y el asesinato de Lasa y Zabala, aunque tan solo cumpliría cuatro al ser excarcelado por supuestos problemas de salud.
La heroína inundaba de manera exagerada e impune los barrios obreros, y se cebó con la juventud de aquellos años. Black is Beltza II: Ainhoa, el film de Fermín Muguruza que se estrenó en Anoeta el 23 de septiembre de este año, cuenta a través de sus personajes el daño que hizo la droga, y cómo los servicios secretos de varios países se sirvieron de esta para comprar voluntades, financiar sus operaciones e intentar destruir a la insurgencia, condenando a muerte a toda una generación. La película de animación, la segunda parte de esta saga, nos pasea por medio mundo y por las revoluciones y los movimientos revolucionarios de los años 80, desde el Líbano hasta Argelia, pasando por Cuba o Afganistán, sin perder nunca el eje vasco que atraviesa todo el film, y que pone, además, la mayor parte de su banda sonora. Hace semanas que se proyecta en varias salas de todo el estado, y está ya en las listas de varios festivales internacionales. […]
La politique de confidentialité a été mise à jour en raison des nouvelles règles de protection des données et de notre engagement en faveur de la transparence. Bien que nous ne modifions pas la façon dont nous utilisons et partageons vos données, nous croyons que vous devez être informé de vos données que nous collectons, comment nous les traitons et quelles options et contrôle vous avez. Définir les cookiesREJECTER LES COOKIES ACCEPTER LES COOKIES